jueves, 13 de febrero de 2014

¿Qué es la Patria?

¿Qué es la Patria?

Lazos, cierta unión irreductible, un sentimiento común, ser parte de lo que nos rodea.

Pero la patria ha sido delimitada arbitrariamente. Ingenuos seguimos símbolos que nos unen, palabras que nos representan a personas distintas. Hoy en día, en la época donde la doble moral imperante globaliza para luego pinchar ese globo, donde anhelamos doctrinas ideales en las que la unión no puede negarse, sufrimos la contradicción constante entre anhelo y realidad. Mientras menos pienses, más entenderás. Mientras más profundices en tus ideales, más chocarás contra la vida.

Todo lo que nos une en teoría, en la práctica nos separa. Todos somos iguales, argentinos, seres humanos, seres vivos, elementos, pero siempre con excepciones. Pareciera que nos gusta mentirnos, darnos animo interiormente: pensar que nuestros pensamientos desembocarán a la verdad, que todo tiene sentido. Sinceramente que lo tiene, pero solo cuando lo entendemos desde todos los ángulos es real. Ningún pensamiento con goteras resistirá un tsunami.

Siempre nos une el espanto. Es simple encontrar culpables a cada rato: el estado, las religiones, las fuerzas de seguridad, las leyes, el sistema en su conjunto, la comida. Todos sabemos donde está el error con facilidad, pero pocas veces somos capaces de afrontar hasta el final su solución. Nuestra impotencia nos lleva a asumir aquellas prácticas que cuestionamos, casi siempre sin darnos cuenta de que estamos del lado del enemigo luchando contra nuestros viejos ideales.

Piensa en cualquier problema de tu vida. Busca un culpable, los motivos correctos por los que esa situación es tan adversa. Busca una solución, visualiza su realización. Si haces este ejercicio, en menos de un minuto encontrarás un obstáculo contra esa solución. Imaginemos que entendemos el porque de esas dificultades, usando como ejemplo a la historia, rápidamente sabremos donde nacen (o al menos intuimos) estos impedimentos. Esto también es simple.

Ahora visualiza tu barrio, tu pueblo, tu calle, tu país. Sal imaginariamente y camina en él. Meticulosamente observa sus defectos, sus contradicciones, sus trampas, sus injusticias. Esta tarea te agotará, sin dudas antes de caminar medio kilómetro.

"Solo creo en lo que veo", suele decirse. Y es una frase irrefutable, aunque limitada, real. Que podemos decir de esta: "solo creo en lo que pienso", es hartamente más cuestionable y abarcativa. Pero los pensamientos son tan limitados como lo que vemos. Si un pensamiento puede ser creado, es por motivos sensitivos de algún tipo. Es inevitable darse cuenta, con el paso de la historia, que todo se relaciona con todo. Todo esta unido. Esto podría ser hermoso, perfecto, armónico, pero por algún motivo es doloroso y en algún plano, genera impotencia.

El placer de todos los pensadores es idealizar al ser humano. Imaginarlo en bondad y esfuerzo absoluto. La ira de estos es salir a la calle y toparse con seres humanos contradictorios y calculadores. Escuchar sus propios pensamientos, tan alejados de aquel humano perfecto y conformarse con los supuestos confites de una torta que no sabe si existió.

Sobre sus ojos están ellos. Los malvados. Cada quien elija sus odios y allí los verá. Etiquetas sociales limitantes, capitalismo dirigido por el mercado, esclavitud humana de alguna clase, normas religiosas aceptadas tantas veces como violadas. Observar la realidad es el mayor dolor de aquel que busca el bienestar. En épocas donde es imposible negarle al vulgo información, todos chocamos contra esa realidad que habita fuera de nuestros cuerpos.

Cada quien elige un callejón sin salida donde es más simple dejarse llevar, donde sus acciones son tolerables, pero siempre, en algún momento, verá allí una limitación. Quien ha participado en muchos ámbitos sabe que la escalera cada vez se vuelve más angosta y que los problemas son dificilmente solucionables en la inmadurez actual del pensamiento.

Entonces la patria no es nada. Es un estado fictisio, una argumento para limitar accionares, donde nos involucramos sin elegir. Todo aquello que tenga límites está alejado de la libertad. No sabemos que es la libertad, pero conocemos esos estados personales que nos dejarían vivirla como se debe. Estamos preparados para la libertad, pero la libertad no es con nosotros.

No hay formulas para la libertad, hay caminos, casi siempre sin trazar. Lo que me lleva a elegir, cada día, como no sentirme más esclavo aun.

No hay consejos ni verdades en este texto. Solo pérdidas de ambición. Pero se que en algún lugar alguien experimenta esa sensación de libertad y contradice cada una de estas palabras. A esa persona le estoy escribiendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario