Esa locura que hoy te indigesta ayer te embriagaba
Y esa belleza de la naturaleza se apaga.
Y cambiás el efecto sorpresa
por gestas urbanas,
relojes, mañanas,
manzanas pasadas por el asador,
mareas que calman la sed de las aguas.
Y oís certezas dudosas,
ves mi espejo en tus cosas
y que desnudas las formas
saben crecer.
Pero con el humo en la cara
y esa carta atrasada,
las nubes te tapan, no ves...
más que un vago reflejo
y esperás que el silencio
te cuente la anécdota bien.
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