martes, 19 de noviembre de 2013

Esa carta atrasada

Esa locura que hoy te indigesta ayer te embriagaba
Y esa belleza de la naturaleza se apaga.

Y cambiás el efecto sorpresa
por gestas urbanas,
relojes, mañanas,
manzanas pasadas por el asador,
mareas que calman la sed de las aguas.

Y oís certezas dudosas,
ves mi espejo en tus cosas
y que desnudas las formas
saben crecer.

Pero con el humo en la cara
y esa carta atrasada,
las nubes te tapan, no ves...
más que un vago reflejo
y esperás que el silencio
te cuente la anécdota bien.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

#estásdormido

Estás dormido, uno a uno, mensaje a mensaje. La misma frase.
Entregado a la noción de verdad de estas palabras, me pregunto quien es el que sueña.
La mariposa de Chuang, el perro de Woody, un paciente inglés, Robinson en su isla.
Quien sueña, que hay detrás de estos muros, quien es o que es aquello que sabe tanto de mi, de
este llorar sin poder llorar, este correr sin poder correr, este buscar sin poder encontrar, cosas típicas en sueños.

Que cabeza sueña con esto, cuantos sueños hay involucrados. Que seré, allá cuando despierte. Me pregunto.
Quizás seamos solo mis ojos y yo en soledad. Quizás sea el cuento abandonado de un desesperanzado escritor. Quizás una fase del "prueba y error" de la humanidad. Quizás la vibración de una cuerda a punto de explotar.
No pueden ser, solo esta ventana, solo estos papeles, estos colectivos, estas carreteras, estas "cuevas", este laberinto tapado con granito.
Quien me despertará. El sol con su exigencia ineludible. Un golpe seco y de mano abierta entre la nuca y la cabeza. Una explosión cercana y un peligro latente. El beso de un reptil, un soplo a mis pulmones, un dedo al tercer ojo, un golpe contra alguna pared de esa realidad que hoy no veo. El silbido del tren, un compañero de vuelo. El buda porque se aburrió de estar solo.

¿Donde despertaré, quien será mi anfitrión, mi montaña que atravesar, mi enfermera?
¿Donde se dispersará este humo?


martes, 12 de noviembre de 2013

El enchufe

El enchufe sostenía el circuito celestial del dinero,

el enchufe sostenía la nube novedosa en la que se acuesta el amor,
el enchufe sostenía las teorías de un presente en curso y métodos para comprobarlas,
el enchufe sostenía las fantasías animales de los hombres,
el enchufe sostenía el proceso que alivia las enfermedades,
el enchufe sostenía la receta inolvidable de Doña Petrona,
el enchufe sostenía la noticia que se necesita y la que se oculta,
el enchufe sostenía tus creencias espirituales y tus seguridades científicas,
el enchufe sostenía las fotos de toda tu vida y cada carta recibida,
el enchufe sostenía tus destinos preferidos y sus caminos,
el enchufe sostenía tus miserias y aquello que preferirías no desear,
el enchufe sostenía propuestas acabadas, tus difusos horizontes,
el enchufe sostenía cada una de tus dudas, cada una de tus soledades,
el enchufe sostenía tu futuro, tus encuentros "no casuales",
el enchufe sostenía tus anotaciones importantes,
el enchufe sostenía los destellos que hubiesen sido fuego,
el enchufe sostenía tus mentiras más groseras,
el enchufe sostenía tus promesas no cumplidas,
el enchufe sostenía tus peleas, tus reconciliaciones,
el enchufe sostenía tu lujuria insatisfecha,
el enchufe sostenía tu entretenimiento, tu entrenamiento,
el enchufe sostenía tus amores imposibles,
el enchufe sostenía tu escondite y tu clandestinidad,
el enchufe sostenía todas las canciones que podés escuchar,
el enchufe sostenía el dolor ante la injusticia,
el enchufe sostenía la organizada concurrencia a tu velorio,
el enchufe sostenía tus ahorros y tus malas inversiones,
el enchufe sostenía la lucha con la que te apasionaste.
el enchufe sostenía a cada amigo que perdiste y a cada persona que no conociste,
el enchufe sostenía tu calendario y tu reloj.


¿De qué lado del enchufe estás? ¿Qué hay detrás del enchufe?

viernes, 25 de octubre de 2013

La cápsula de la tortura

Micrófonos, microfonitos.
Cámaras, camaritas.
Camarógrafos y sonidistas.
Editores e historiadores.

Dramaturgos, herejes
y un pastel que moldear.
Manos que se manejan.
Pasarela para francotiradores.

Peleas por hambre.
Lluvia de pecados.
Muros que ayer no había.
Libertades oscuras.
Profundidades duras.

Una tos lo cambia todo.
El piso es su tortura,
nuestro eje su energía
y nuestra visión su diversión.

La lucha continua

Falsa poesía (testarudo anhelo),
arcanas certezas y los vidrios de Cronos.

Palacios austeros
de Ideas que huyen,
de Sueños que duermen
y un Dios que destruye.

Referencias marginales.
Atlas cerebrales.
Cápsulas de impulsos.
Meteoritos en curso.

Falsas manadas
de mancos laureles,
destierros cansados
y olvidos que mienten.

Plomo y tinta:
La lucha continua.



jueves, 19 de septiembre de 2013

La hoguera discreta

Voy a renunciar a la hoguera discreta,
voy a distinguir el bien del mal.
Si logro ver la curva que corta la recta
o esa mentira gritos se empieza a callar.

Si aquello perdido que busca la gente
solo para todos se deja encontrar.
Ser un pasajero digno y valiente,  que bucéa
y puertas más arcanas logra alcanzar.

Quiero que se enfrenten mis pesos pesados,
quiero que dispersen a mi multitud,
quiero que levanten el velo apagado, que despliega,
la última pregunta por contestar.

Quiero oir el grito latente y ausente,
de los que no pueden llegar al final.
O si una mano toca y de pronto siente, que rasguéa,
esa melodía que faltaba encontrar.

Quiero que despierten mis pesos pesados,
quiero que despierten a mi multitud.
quiero que disfruten estar reposando, pues nos queda,
la última montaña por escalar.



sábado, 14 de septiembre de 2013

¿Qué clase de persona soy?


Sos yo, fui vos, soy él.
Nunca fui tan viejo y nunca tan joven seré.

Soy mi juez y soy mi condena,

tengo precio y soy moneda,
soy la noche y la vela,
la tragedia y la comedia.

El cómplice y el adversario,
el público y el escenario,
La víctima y el victimario,
el 2 de abril y mi cumpleaños.

Lo grotesco y la armonía,
el ruido y la melodía.
Un cuento que nunca termina.

Un quien, un cuando, un donde.
El cerebro que piensa y la mano que responde;
esquivando cada huella que no le corresponde.

La mitad del cuarto de algo:
tentador, viejo, en el tacho.

Una forma de actuar: ilimitar,
mover las alas hasta volar.

Una idea que se gasta de tanto pensar
y otra que se olvida y no volverá.