viernes, 29 de agosto de 2014

Refractario

Todo ocurre muy rápido,
la caída rápida de la fraudulenta simpleza.

El color refinado del contorno todo,
la póliza de seguro en los huesos,
la calesita infinita esperando desde la niñez hasta hoy.

El mar, cada noche más lejos,
el amor, aquel viejo amigo con él que dejé de andar.

La carne latiendo, sufriendo o pidiendo,
el calor que no deja de arder y eso es lo mejor que puede pasar.

La lluvia, el dolor de la piel, la explosión que nunca llega.

Velocidad, mucha velocidad,
solo velocidad. Velocidad y todo lo demás.

Frío, constante frío. Calor, insoportable calor.

Muerte fiera, muerte sana, muerte dudosa.
Muerte, mucha mucha muerte.

Todos muerte, todos mueren y morir.

Mientras tanto, todos vivos. Vivos, solo vivos y muchos vivos, siempre vivos, vivos, viviendo.

Vivos y vos, en muerte y frío, en calor vivo.

Siempre vos, todo vos, mucho vos, solo vos. Tu voz y vos.

Vos, el frío y la muerte. Vos y el calor vivo.