jueves, 19 de septiembre de 2013

La hoguera discreta

Voy a renunciar a la hoguera discreta,
voy a distinguir el bien del mal.
Si logro ver la curva que corta la recta
o esa mentira gritos se empieza a callar.

Si aquello perdido que busca la gente
solo para todos se deja encontrar.
Ser un pasajero digno y valiente,  que bucéa
y puertas más arcanas logra alcanzar.

Quiero que se enfrenten mis pesos pesados,
quiero que dispersen a mi multitud,
quiero que levanten el velo apagado, que despliega,
la última pregunta por contestar.

Quiero oir el grito latente y ausente,
de los que no pueden llegar al final.
O si una mano toca y de pronto siente, que rasguéa,
esa melodía que faltaba encontrar.

Quiero que despierten mis pesos pesados,
quiero que despierten a mi multitud.
quiero que disfruten estar reposando, pues nos queda,
la última montaña por escalar.



sábado, 14 de septiembre de 2013

¿Qué clase de persona soy?


Sos yo, fui vos, soy él.
Nunca fui tan viejo y nunca tan joven seré.

Soy mi juez y soy mi condena,

tengo precio y soy moneda,
soy la noche y la vela,
la tragedia y la comedia.

El cómplice y el adversario,
el público y el escenario,
La víctima y el victimario,
el 2 de abril y mi cumpleaños.

Lo grotesco y la armonía,
el ruido y la melodía.
Un cuento que nunca termina.

Un quien, un cuando, un donde.
El cerebro que piensa y la mano que responde;
esquivando cada huella que no le corresponde.

La mitad del cuarto de algo:
tentador, viejo, en el tacho.

Una forma de actuar: ilimitar,
mover las alas hasta volar.

Una idea que se gasta de tanto pensar
y otra que se olvida y no volverá.