Di un paso y:
Atrás del velo, descubrí al mundo real.
Donde. En lugar de aquellas voces, se oían las palabras de las personas,
en lugar de ese humo y smog, estaban el oxígeno y la claridad.
Detrás de la multitud, me junté con la individualidad,
Donde no había enojo, sino comprensión.
Detrás de aquel miedo, esperaba el verdadero peligro.
Di otro paso y:
Al lado del malhumorado vi al sabio, del rival, al amigo, de lo pasajero, lo perdurable.
y de la puta inquietud, a la hermosa calma.
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